A los veinte años se casó con Juana Chaw Cotallat, con quien procreó siete hijos, cuatro mujeres y tres varones, de los cuales, por lo menos dos heredaron su amor por la pintura: Leonardo y Tony.
Viviendo en Milagro efectuó una exposición de dibujos, recibiendo el apoyo de la empresa para la que trabajaba, empezando así a desarrollar su habilidad artística, concretando con lápiz y pluma esferográfica una gran cantidad de imágenes.
Con el paso del tiempo fue creciendo como artista y decidió adquirir un seudónimo que quedara para la posteridad. Siendo admirador de los grandes pintores franceses Monet, Manet, Renoir, adoptó el de Moré, el que unió a su nombre de pila, firmando desde entonces sus obras con el seudónimo de Humberto Moré.
Moré no solamente practicó el arte de la pintura, también fue escultor, muralista, escritor, poeta y crítico de arte, destacando en cada una de estas facetas.
La viceprefecta, Luzmila Nicolalde, resaltó la trayectoria del multifacético Humberto Moré. Al fondo, Leonardo y Tony Rivadeneira, hijos del artista, escuchan la intervención.
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